Pasajera en tránsito (2021)
Primera página:
Un final: el cuerpo del padre de Alejandra, de su viejo, del viejo que hacía tiempo ya no era su padre, rígido en el ataúd en una habitación de techo bajo, sin ventanas, con las paredes color crema. En el centro, el ataúd de pino sin olor a pino y el cuerpo acostado, amarillo, frío, cubierto de productos químicos para contener la hinchazón. Parientes de segunda mano empujan la puerta para entrar, abrazar a Alejandra y darle una palmadita, dos, tres, diez palmaditas en la espalda, en un hombro, acompañadas de un qué pena, qué lástima, un cómo estás vos, ¿y tu mamá?, todos lo vamos a extrañar... Alejandra no sabe si debería llorar. Sí, piensa, debería, pero no cree poder. Quizás más tarde, en el cementerio.
Otro final: la cara de él sobre la mesa, junto a una hoja de cuaderno; de la boca sale miel y sobre la miel se amontonan hormigas. Alejandra ve la escena desde la puerta de la habitación. En algún libro leyó algo parecido: el muerto, la boca, la baba y las hormigas sobre la miel. Da unos pasos y sin tocar el cuerpo se pregunta qué hacer con él, porque así no se puede velar. Deben haber pasado unas nueve o diez horas desde que los cinco dedos enchastrados de miel se pegaron a la hoja de cuaderno mientras la boca, la garganta, los labios, murmuraban. En alguna parte, en algún placard, en algún mueble, debía haber escondida alguna maldita lapicera, una de las tantas que él guardó de seminarios, jornadas y congresos, pero Alejandra no encontró ninguna. Y entonces para qué tanta lapicera, para qué tanto congreso. La boca habrá dicho lapicera antes de triturar otro pedazo de pan, y la miel cayó sobre el plato de cerámica justo antes de que él se desplomara sobre la mesa y la miel se le pegara en la frente, en una mejilla, sin darle tiempo a escribir nada más, sin darle tiempo a tachar nada del testamento que, escrito de puño y letra en una hoja de cuaderno, ella encontró junto a su padre: junto al cuerpo muerto de su padre, la hoja llena de miel.
Presentación de la novela el 22 de septiembre de 2021 en Río, Patio cultural (CABA):
Reseña en Diario Perfil por Omar Genovese: